No hace mucho, el régimen del Partido Comunista Chino (PCCh) alardeaba con orgullo de sus éxitos en la contención de la pandemia de COVID-19, en comparación con gran parte del resto del mundo. Ahora, sin embargo, uno de sus principales centros económicos, Shanghai, está sufriendo una oleada de la variante Ómicron, agravada por los errores burocráticos.