Netanyahu está llevando su guerra a otro nivel. Está en un camino del que sabe que no puede retroceder si quiere seguir en el cargo. Y, sin embargo, sus acciones amenazan con desestabilizar todo Oriente Medio, con el riesgo cada vez más real de una guerra generalizada. La revolución también acecha a todos los regímenes de la región a medida que la ira de las masas alcanza cotas cada vez más altas. El próximo acto trágico, el bombardeo masivo y la invasión terrestre de Rafah, podría ser el punto de inflexión.