Cerca de 60 personas participaron en la quinta Escuela marxista de invierno en Montreal (Canadá) este año, que tuvo lugar en la Concordia University los días 15 y 16 de febrero. En esta ocasión, la organizaron los colaboradores de las revistas Fightback y La Riposte (Quebec), así como la Workers' International League de los EE.UU.
Fue todo un éxito ya que, además de los activistas de Montreal, asistieron otros desde lugares como Ottawa, Toronto, Nueva York y Boston para debatir durante todo el fin de semana. Continuando con la tradición del año anterior, los debates se desarrollaron tanto en inglés como en francés, gracias a la interpretación simultánea de ambos idiomas, lo que puso de manifiesto la unidad existente entre los revolucionarios anglófonos y francófonos presentes.
Los debates del sábado empezaron con la presentación de "Perspectivas para la Revolución”, introducida por Alex Grant, editor de Fightback. Alex ofreció una explicación en profundidad de la crisis económica actual, que ha provocado que hasta los comentaristas burgueses tengan que admitir que podría resultar una "generación estancada por la austeridad". La hipocresía es especialmente evidente cuando se ofrecen datos tales como que 85 multimillonarios poseen más dinero que 3.500 millones de pobres, y que el 99% de los ingresos de 2008 fueron a parar a esta gente, dejando al resto sin nada. Ni siquiera los capitalistas creen en el sistema, ya que en vez de invertir en la producción, prefieren especular en el mercado con dinero fácil. Ésta situación ha llevado a la ira colectiva de jóvenes y trabajadores que buscan la salida del callejón en que nos encontramos en multitud de países por todo el globo.
Alex tocó también el tema de la crisis europea, dando información de la gravedad de la situación con respecto a la enorme deuda con la que carga la Unión Europea, del escaso crecimiento de Alemania y del gran descenso en las rentas per cápita de países europeos del sur como Grecia, España o Italia. En los EE.UU. la deuda alcanza proporciones desorbitadas tal y como evidencian los 16,7 billones de dólares que debe el gobierno. También mencionó la cuestión de China, sobre si será capaz de soportar el peso de la economía mundial sin ayuda externa. Si una gran mayoría de trabajadores estadounidenses y europeos no tienen la capacidad de consumir por falta de recursos, los productores chinos se ven muy limitados. Estamos viviendo un decrecimiento en la economía China, lo que seguro arrastrará al resto de la economía global.
En cuanto a la revolución de la clase obrera, Alex habló de la perspectiva general, diciendo que no sigue una línea recta, y que, a pesar de que haya crecidas y caídas, como en todos los movimientos, la perspectiva general es de una radicalización de los jóvenes y trabajadores. Aunque en algunos países no parece estar ocurriendo nada, siempre hay procesos políticos que salen a la superficie, haciéndose oír por el resto del mundo. En Bosnia-Herzegovina, por ejemplo, tras décadas de divisiones entre nacionalidades, y una guerra entre etnias, el movimiento obrero quedó hecho trizas. Sin embargo, la lucha de clases volvió a ser un tema de actualidad después de que las masas bosnias tomaran las calles en una explosión espontánea de ira contra el sistema actual. Este movimiento espontáneo demandaba la unión de la clase obrera por encima de los nacionalismos. El renovado movimiento contra el capitalismo se aprecia claramente en Grecia y en Egipto, pero en ninguno de dichos países se han resuelto las contradicciones que llevaron a su creación.
Este tema abrió un bonito debate con varios camaradas hablando de situaciones parecidas en otros muchos países.
John Peterson, editor del Socialist Appeal (EE.UU.), fue el encargado de hacer la segunda presentación del sábado, la cual giró en torno a la historia de la tendencia marxista 'Militant" de Gran Bretaña, organización antecesora de la Corriente Marxista Internacional. Habló en francés acerca de cómo un pequeño grupo de marxistas, entro ellos Ted Grant, había construido en los primeros años de la década de los 60 el grupo trotskista más exitoso desde la Oposición de Izquierdas de Trotsky. El primero y más importante, Ted Grant, se basó en un sólido análisis marxista para darle un empujón enorme a las fuerzas marxistas del momento. Mientras que el boom de la postguerra provocó que muchos dieran de lado la lucha obrera y sus organizaciones, Ted Grant orientó "Militant" hacia el Partido Laborista, particularmente hacia los Jóvenes Socialistas del Partido Laborista (LPYS). En aquel momento, todos los grupos marxistas abandonaban dicho partido acusándolo de "burgués"; Sin embargo, "Militant" fue capaz de incorporar a diez mil jóvenes en el LPYS, dentro de los cuales muchos acabaron optando por la tendencia marxista. Cuando los movimientos sociales comenzaron de nuevo a crecer, los jóvenes y trabajadores se inscribían en el Partido Laborista, ignorando otras partidos menores. En los primeros años de la década de 1980, "Militant" ya era un nombre conocido. Contaba con tres miembros en el parlamento, elegidos bajo el símbolo del Partido Laborista, tenía el control del ayuntamiento de Liverpool, y más organizadores que el propio Partido Laborista, así como un número de militantes que se contaba por miles.
Siguiendo con los debates en un día que resultó ser muy intenso, los camaradas se retiraron al albergue "Bishop Auberge" para comer y continuar con las discusiones políticas. Camaradas de distintas ciudades estaban entusiasmados al poder hablar con otros y aprender de sus experiencias compartidas con el fin de ayudar a construir fuerzas marxistas en los lugares donde viven.
El segundo día, el lugar de reunión también fue la Concordia Universirty. Camilo Cahis, miembro del consejo editorial de Fightback, fue el encargado de abrir el tercer debate del fin de semana. Presentó el tema sobre las nacionalizaciones y el control obrero. Camilo recurrió a las experiencias de varios países para dar a entender su postura. Argumentó con gran claridad que el control obrero, sin hacer desaparecer la propiedad privada en cuanto a los medios de producción y el poder político, no puede ser una meta. El control obrero en sí mismo no hace desaparecer las contradicciones del capitalismo y los mercados. La experiencia en Venezuela, por ejemplo, muestra al mundo las limitaciones de construir "pequeñas islas socialistas en el océano capitalista". Afirmó que el control obrero es un paso transitorio hacia el socialismo, y que la única forma de mantenerlo es creando un Estado obrero, con una economía nacionalizada y planificada. Camilo también explicó cómo Trotsky escribió mucho sobre este tema, creando polémicas con los estalinistas, quienes creían que el control obrero solo es posible al tomar el poder del Estado. Trotsky alegó que es precisamente la experiencia del control obrero lo que permite a los obreros llevar a controlar el Estado y la economía. A esta presentación le siguió un debate en el que los participantes dieron ejemplos de experiencias en Latinoamérica, Yugoslavia, Escandinavia, los Estados Unidos y Canadá.
El broche final lo puso Joel Bergman, de "La Riposte" de Quebec, con unas últimas palabras y un vívido canto de la Internacional. La quinta edición de la Escuela Marxista mostró el gran entusiasmo y la capacidad de los jóvenes camaradas del este de Norteamérica para dar a conocer las ideas del Marxismo en el movimiento obrero norteamericano.
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