El capitalismo, sentado sobre un volcán social

La reciente erupción del volcán Cumbre Vieja en la isla de La Palma contiene un paralelismo nada sorprendente con las perspectivas que aguardan al sistema capitalista global. El capitalismo mismo está sentado sobre un volcán social preparado para erupcionar en cualquier momento.


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Las líneas de falla de la corteza social han quedado expuestas suficientemente desde hace varios años, incluso antes de la pandemia de Covid-19, con estallidos sociales o procesos revolucionarios en Francia, Sudán, Argelia, Hong-Kong, Perú, Ecuador, Chile, … Estos continuaron tras la conmoción y parálisis inicial provocada por la pandemia: en EEUU, Myanmar, Colombia, Palestina, etc. Incluso cuando la lava social quedó solidificada emergió un paisaje completamente nuevo en muchos de estos países y zonas; con Chile, Perú y Colombia –antaño los países más escorados a la derecha– pasando a la vanguardia de la radicalización política y social en América Latina.

Un volcán de indignación social

La crisis económica y social detonada por la pandemia de Covid-19, aunque ya estaba en ciernes, ha intensificado todas las contradicciones y la acumulación de magma social dispuesto a erupcionar en cada línea de falla que encuentre a su paso.

Justamente, ha sido el terror al colapso económico y a la revolución lo que ha obligado a los gobiernos de todo el mundo efectuar el mayor desembolso de dinero público de la historia del capitalismo para sostener el débil andamiaje económico. La deuda total global supera ahora en más de 3 veces la riqueza anual generada, el 350% del PIB mundial.

A la espera de que estas deudas deban pagarse en los próximos años, infligiendo un dolor extremo a los pobres y a las familias trabajadoras con recortes sociales, desempleo, miseria añadida y empleo basura; lo que vemos ahora es un repunte de los precios, de la inflación, que se come los ingresos familiares. En el caso del Estado español, con una inflación interanual del 4%, los precios acumulan este año un crecimiento del 3,1% hasta septiembre. Se trata de la mayor subida de precios en 14 años. Esto ha sido potenciado por la riada de dinero fácil de los gobiernos, los bajos tipos de interés y el gasto de la riqueza acumulada en los hogares que aumentó considerablemente durante los confinamientos y las restricciones a los viajes. Los precios energéticos y de los alimentos –la base del consumo de las familias obreras– se ha disparado en todas partes, alcanzando niveles obscenos, particularmente en el Estado español con el desorbitado precio de la electricidad que está enriqueciendo aún más a los parásitos dueños de las compañías eléctricas y vaciando nuestros bolsillos.

Por si fuera poco, la pandemia nos ha dejado un aumento sin precedentes de las diferencias sociales. Sólo en 2020 hasta 119 millones de personas fueron empujadas a la pobreza y se estima que la cifra alcanzará los 150 millones en 2021, según el Banco Mundial, mientras la riqueza global ha aumentado en 5 billones de dólares que han ido a engordar las cuentas de los súperricos. A este respecto, Randall Lane, editor de la revista Forbes - una revista para los ultraricos - escribió lo siguiente el pasado 6 de abril, sobre la colosal desigualdad entre ricos y pobres. Dice:

“Estas cifras engendrarán cantidades infinitas de indignación, la mayoría justificada. No hay manera de justificar un aumento de riqueza colectiva por valor de $ 5 billones durante una pandemia, cuando la mayor parte del mundo se sintió asustado, enfermo y asediado. El capitalismo, el mayor sistema jamás creado para generar prosperidad, descansa sobre un pacto social de expansión, desigual por diseño, que finalmente beneficia a todos. La economía COVID-19 ha dislocado ese concepto. La enorme disparidad económica plantea posiblemente la mayor amenaza para el orden social moderno”.

Los Papeles de Pandora

En ese contexto, ha saltado el último gran escándalo de corrupción capitalista global en los llamados Papeles de Pandora, según la investigación del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), que analizó los archivos secretos ¡de tan sólo 14 despachos de abogados!, especializados en operaciones en paraísos fiscales. De ahí han salido a la luz fideicomisos, sociedades interpuestas y archivos mercantiles opacos en paraísos fiscales, para evadir impuestos, donde aparecen implicados políticos, millonarios, congregaciones religiosas y artistas de 91 países. Concretamente, aparecen 35 jefes y exjefes de Estado y más de 330 altos cargos y políticos. Entre los nombres más sonados encontramos al presidente ecuatoriano y banquero Guillermo Lasso, al exprimer ministro británico Tony Blair; al antiguo director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn; al rey Abdalá II de Jordania; al entorno de Vladímir Putin; al presidente chileno, Sebastián Piñera; al ministro de Economía de Brasil, Paulo Guedes; al escritor Mario Vargas-Llosa, al cantante Julio Iglesias y ¡cómo no! también a Corina Larssen y a su amante el “emérito” Juan Carlos de Borbón, que está en todas.

Según, esta red periodística, se ha contrastado una filtración de 11,9 millones de archivos. En los datos hay un total de 601 personas de nacionalidad española y 751 sociedades offshore ligadas a dueños o empresas con direcciones en territorio español.

Según cálculos de la Comisión Europea, solo en la UE se desvía a través de estos vehículos el equivalente al 10% del PIB europeo (1,14 billones €) y se pierden 46.000 millones de euros anuales en impuestos. La OCDE calcula que al menos 9,7 billones de euros (nueve veces la riqueza producida en España anualmente) están guardados offshore a nivel mundial.

Los bufetes que son el epicentro de esta investigación representan el engranaje principal de la maquinaria que mueve dinero fuera de los circuitos convencionales, pero no sólo ellos. Según José María Peláez, inspector de Hacienda, citado por El País: “son intermediarios imprescindibles para que los paraísos fiscales funcionen: sin ellos y los bancos sería impensable llevar dinero a Bahamas e Islas Vírgenes”. En realidad, sin los bancos, el dinero no se movería de un país ni de una cuenta a otra. Aquí vemos el papel principal del capital financiero en la corrupción capitalista global.

Claro está que estas son las evasiones de impuestos “ilegales”. Legalmente, Según el último informe de la Agencia Tributaria de 2018, una de cada tres multinacionales españolas paga en impuestos menos del 10% de su beneficio global. Y 20 grandes grupos abonaron al fisco menos del 2% de sus ganancias.

El estallido que viene

Y todos estos hipócritas y tunantes: políticos burgueses, banqueros, grandes empresarios y “opinólogos”, son los que nos dicen que debemos apretarnos el cinturón y aceptar recortes, nos impiden el acceso a una vivienda digna, y nos condenan a tener empleos precarios, a pasar calor en verano y frío en invierno por no poder pagar la luz. Y en el proceso, han convertido el planeta en una cloaca colosal.

Lo más sangrante de todo esto es que, como explica el marxismo, toda su riqueza proviene del trabajo no pagado a la clase obrera y del saqueo imperialista descarado del mundo excolonial.

Esta crisis ha puesto al descubierto toda la corrupción, el caos, la ineficiencia del sistema capitalista y la codicia obscena de los ricachones. Y esta es la base del auge sin precedentes de la lucha de clases en todas partes. El capitalismo está sentado encima de un enorme volcán social que debe estallar, tarde o temprano. Expropiar a los ricos, demoler su aparato de Estado represivo, barrer las fronteras nacionales, que la clase trabajadora mundial tome el control de la situación, este debe ser el resultado al que debe conducir la lava ardiente de descontento que pugna por salir.

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