Desde la corriente Lucha de Clases-Corriente Marxista Internacional condenamos de la manera más implacable el criminal atentado terrorista perpetrado por activistas del ISIS en Barcelona que ha provocado, hasta el momento, 13 muertos y ha dejado más de 100 personas heridas. El ataque ha tenido lugar en la popular zona de Las Ramblas, en el centro de la ciudad, atestada de turistas y residentes locales, con una furgoneta que ha arrollado a decenas de personas indefensas. Nos solidarizamos con todas las víctimas y sus familiares en estos momentos de sufrimiento y dolor.
Inmediatamente, como en casos anteriores en Manchester y Bruselas, se ha despertado espontáneamente la solidaridad popular con las víctimas y afectados. Mucha gente ha ofrecido sus casas para alojar a turistas y residentes que no pueden desplazarse a sus hoteles o viviendas por la paralización del metro, los trenes y los autobuses urbanos. Los taxistas están llevando gratuitamente a la gente a sus domicilios. Este es el verdadero espíritu humano y no el rencor, el odio y la división -tan queridos por la derecha y los reaccionarios- para enfrentar a la gente por su religión, color de piel o procedencia.
Este es un ataque absolutamente reaccionario que va contra los intereses de la clase trabajadora y de los trabajadores inmigrantes en el Estado español, así como de los refugiados que huyen de la barbarie causada por el imperialismo en Oriente Medio. Fortalece a la reacción en todas partes, y será utilizado por la derecha y los imperialistas para extender el veneno del racismo y la xenofobia para dividir a la clase trabajadora, además de ofrecer una nueva excusa para atacar los derechos democráticos y libertades civiles de la población, en el Estado español e internacionalmente.
Las últimas noticias informan de la detención de dos terroristas vinculados al ataque, aunque ninguno de ellos participó personalmente en el mismo. El conductor de la furgoneta y su ayudante continúan huidos en el momento de escribir esta declaración. También se informa que los Mossos (la policía catalana) han abatido a otros cinco terroristas tras abortar un ataque similar con 6 personas heridas en la turística localidad de Cambrils, en la provincia de Tarragona, limítrofe con la provincia de Barcelona. También se vincula al ataque de Barcelona una explosión de gas ocurrida el día anterior en un piso de Alcanar (Tarragona), donde supuestamente los terroristas habrían estado confeccionando artefactos explosivos.
Mientras condenamos este ataque cobarde y desalmado no nos olvidamos ni por un momento –como sí lo están haciendo todos los gobiernos burgueses, sus partidos y sus medios de comunicación– que atentados como el de Barcelona, y más terroríficos aún en su secuela de muertos y barbarie, son el pan de cada día en países como Siria, Irak, Egipto, Pakistán, Nigeria o Sudán. En gran cantidad de casos, estos ataques son llevados a cabo por grupos respaldados y financiados hasta ayer mismo por quienes ahora derraman lágrimas de cocodrilo en los gobiernos de Europa y EEUU, y por sus gobiernos “aliados” en Oriente Medio como el de Arabia Saudita. No nos olvidamos por un momento que el pueblo de Yemen está siendo masacrado con miles de muertos, a través de bombardeos indiscriminados y del asedio por hambre y sed, por una coalición liderada por la monarquía saudí, amiga de la monarquía española y de las Constructoras del Ibex35, junto a EEUU y Gran Bretaña.
El atentado de Barcelona ha seguido las pautas de ataques similares ocurridos en el último año y medio en Francia, Gran Bretaña y Alemania, con la utilización de coches, furgonetas y camiones para atropellar a peatones indefensos y causar el máximo daño posible. Como en los atentados habidos en estos países, los autores del ataque de Barcelona no son refugiados de Oriente Medio –como interesadamente y con su manipulación habitual claman los medios de comunicación de la derecha y de los grupos xenófobos– sino activistas nacidos, criados y educados en Europa y que han adquirido su fanatismo en los últimos años en el caldo de cultivo de la pobreza, el desempleo, la marginalidad y la lumpenización de los barrios pobres marginados de las zonas metropolitanas de París, Londres, Bruselas o, para el caso, de Ceuta y Melilla.
La autocomplaciencia que habían mostrado hasta ahora el gobierno del PP y multitud de “expertos” antiterroristas sobre la relativa inmunidad del Estado español a este tipo de ataques, por la supuesta experiencia acumulada con la actividad pasada de ETA y el atentado del 11-M de 2004 en Madrid, ha recibido un duro revés. El Estado español no era inmune, como no lo es ningún país imperialista implicado a lo largo de los últimos 15 años en haber llevado la barbarie y la desolación a todo Oriente Medio en aras de los intereses de sus grandes multinacionales del saqueo y de asegurar su dominio diplomático y militar en esta parte tan sensible del planeta.
El Estado español forma parte de la llamada “Coalición internacional” contra el terrorismo islámico, que lidera EEUU. El ejército español tiene desplazados 425 efectivos en Irak dedicados, principalmente, al adiestramiento de las Fuerzas Armadas iraquíes y de la policía. El Estado español también participa en una operación bilateral con Francia en Gabón y Senegal, con dos aviones de transporte aéreo para tropas y material con un despliegue de unos 100 efectivos. En Mali, el Ejército español colabora con las tropas locales con 150 soldados. En Turquía, España ha desplegado una treintena de baterías antimisiles en la frontera con Siria, donde hay destinados 150 militares. Ha sido justamente, la participación española en dicha Coalición Internacional, la justificación que ha utilizado el ISIS en un comunicado para su ataque de Barcelona.
La persistencia de esta política imperialista, basada en la guerra permanente, bombardeos, muerte y desolación es lo que ha creado el medio de cultivo para el desarrollo del ISIS y de otros grupos terroristas islámicos en Oriente Medio. Más aún, en su origen, todos estos grupos fueron criaturas creadas y financiadas por el imperialismo y Arabia Saudita para desestabilizar y derrocar gobiernos que escapaban al control de Occidente: en Afganistán, Irak, Siria, Libia, etc. Es un hecho que Al Qaeda y, posteriormente el ISIS, no existían en Irak antes del derrocamiento de Sadam Hussein, ni tampoco en Siria ni Libia antes de la intervención imperialista en estos países tras el estallido de la “Primavera Árabe”. Fue a través del caos y la desolación provocada por la invasión de Irak, auspiciada por verdaderos criminales de guerra como G. W. Bush, Blair y Aznar, como el fanatismo islamista se extendió por toda la región. Esto se amplió y profundizó tras los bombardeos en Siria y Libia a partir de 2011 junto al entrenamiento y financiación de grupos islamistas en estos países por las potencias occidentales. Como un cruel anticipo de lo que hemos visto ahora en Barcelona, cientos de familias obreras de Madrid –la mitad de origen inmigrante– pagaron un duro precio por la implicación española en la invasión de Irak en 2003 con el brutal atentado del 11-M de 2004 que provocó 200 muertos.
Si, como es probable, la respuesta del gobierno español y demás gobiernos occidentales a este último ataque en Barcelona, es acrecentar la intervención militar e imperialista en Oriente Medio, lo que tendremos será nuevos ataques y atentados en suelo europeo.
Al final, el terrorismo islámico y el imperialismo son hermanos gemelos. Se alimentan y necesitan mutuamente. Este atentado provocará una nueva ronda de bombardeos en Oriente Medio, que a su vez alimentarán el terrorismo islamista que se implicará en nuevos atentados.
A su vez, la barbarie que vemos en Oriente Medio inflamará las mentes de jóvenes desclasados de origen musulmán que malviven en barrios marginales de Europa, más deteriorados aún por los efectos de la crisis capitalista, y que serán presa fácil de los demagogos y mulás financiados por Arabia Saudita y demás monarquías corruptas del Golfo Pérsico, aliadas de Occidente.
Todo el que tiene ojos para ver puede entender el vínculo que existe entre esta forma particular de barbarie –el terrorismo islámico– y el propio sistema capitalista e imperialista, a lo largo de las últimas décadas.
La obligación que tienen la izquierda española, y Unidos Podemos en particular, es elevar el nivel de comprensión de las masas de la población, y de las familias obreras en particular, sobre lo que está sucediendo. Deben mostrar el vínculo existente entre los intereses de las multinacionales españolas y occidentales, y sus gobiernos, con el caos producido en Oriente Medio en los últimos años y, en particular, con el surgimiento y desarrollo del terrorismo islamista, y cómo ambos factores se alimentan mutuamente. Frente a las demandas de “unidad nacional” y “unidad institucional” que han lanzado Rajoy y el presidente de la Generalitat, Puigdemont, los dirigentes de UP deben rechazar cualquier intento que pretenda implicarles en un frente común con el gobierno del PP y la derecha. Deben exigir la retirada inmediata del ejército español de Oriente Medio y África y mantener la crítica y oposición formulada meses y años anteriores a la intervención imperialista y militar en estas zonas.
El mantenimiento del capitalismo es incompatible con un futuro de pleno empleo y condiciones de vida dignas y civilizadas para todos. Menos aún en los guetos de los barrios marginales, de donde se alimenta el ISIS para el reclutamiento de sus activistas en Europa. Unidos Podemos debe adoptar una política claramente socialista que ofrezca una alternativa a la crisis capitalista permanente.
Unidos Podemos debe emplazar al PSOE y a los sindicatos a conformar un frente común para defender todas estas posiciones, para exigir la retirada de las tropas españolas de Oriente Medio y África, contra la criminalización de la población inmigrante de origen musulmán, contra cualquier manifestación de xenofobia y racismo de la derecha y de grupos fascistas y reaccionarios. Sobre todo, deben movilizar a la población contra cualquier intento del PP de recortar aún más nuestros derechos democráticos o de endurecer la legislación penal con la excusa de “combatir el terrorismo”, y mantener claramente su exigencia de la derogación de la Ley Mordaza y demás reformas represivas incorporadas al código penal en los pasados 5 años.
La derecha querrá aprovechar la excusa del terrorismo islamista, como hasta hace poco utilizaba a ETA y a la “kale borroka”, para criminalizar la protesta social y nuestras demandas democráticas. Así, querrán utilizar el espantajo del terrorismo islámico para criminalizar el derecho democrático-nacional de Catalunya a su autodeterminación y la convocatoria del referéndum del 1 de octubre, o la lucha ciudadana contra el negocio turístico capitalista desenfrenado, o las luchas obreras contra la explotación capitalista como las del aeropuerto de El Prat, y otras.
Frente a los intentos del gobierno del PP de utilizar el atentado de Barcelona para fortalecerse, ocultar su corrupción y sepultar las crecientes luchas obreras, Unidos Podemos debe emplazar a todo lo que hay de vivo y progresista en la sociedad española a que se les una, para explicar y agitar con más ahínco que nunca sobre la necesidad de echar al gobierno del PP, haciendo ver que su política exterior, cómplice y copartícipe de la política imperialista europea y estadounidense, sólo traerá nuevos ataques terroristas, y más desolación y padecimiento para las familias trabajadoras del Estado español.